“Hay instantes de explosión en que no basta el talento del poeta: la naturaleza tiene gritos salvajes, mutismos fieros, movimientos bruscos, prolongados gemidos de dolor que no se pueden escribir. En estos momentos, el poeta acaba, y el actor queda abandonado a sí mismo. La naturaleza va a estallar y para esto no hay versos en la lira, ni potencia bastante en el lenguaje.”
¡Clavemos el pensamiento puro, con manos que no tiemblen, sobre las frentes viles. Señalemos el horrible espectáculo de sus pecados a los malditos represores, a los que pasan indiferentes y cómplices a las manchas y dolores de los que viven en la miseria! Que explote la maravillosa capacidad de indignación de los justos. “Lo que importa es traer del corazón del mundo, de lo que sufre y de lo que ama, la realidad y el ímpetu, que levantan y dominan, como el peñón que viene ardiente, quebrando y chispeando, de las profundidades de la tierra”.
¡Postrémonos ante la belleza de los honrados que luchan, de su padecimiento, porque de su dolor, sacamos la fuerza para oponernos a la maldad! ¡Alcémonos triunfantes, con la cara al sol, de todas las cruces del camino! ¡Y no miremos atrás, a los perros que nos salgan al camino!
¡Cuidémonos de los ladrones de la libertad, que meten el puñal por la hendida de la puerta, a ver si salta la cerradura! Cuidémonos de la lengua mala conque va el espía disimulado, por donde cree que se puede quebrar el patriotismo; y de los cubanos con miedo a perder su pedazo de hato, y van caracoleando por la vida, ayudando a la obra del espía. En vano se le pone delante todo el crimen de los últimos días: el espía, y el miedoso a perder sus privilegios, dicen que es todo bomba de jabón, y que la única verdad es lo que desea el pánico del uno, ante los goces que va a perder, y lo que al bribón le manda a decir, el que le paga sus privilegios.
Ciérrese el paso a los sietemesinos que les falta el valor, porque como no tienen fe en su tierra, son seres de siete meses. Como les falta el valor a ellos, nos lo negarán a nosotros.
¡Andamos más contentos y seguros de lo que creen: no son inútiles la verdad y el sacrifico!
Contribuyamos sin premura y sin descanso, a la organización de las mujeres y hombres libres de Cuba que han dicho basta, en acuerdo con las condiciones y necesidades actuales de la Isla, y su reconstitución en República venidera.
Fomentamos la amistad que une, y debe unir, a todas las agrupaciones independientes entre sí, a todos los buenos y útiles, que persistan en el sacrificio de la emancipación. Aprendamos de nuestras deficiencias y errores, y de los peligros para asegurar la obra para la que no basta la fe romántica y la desorganización de nuestro patriotismo. Fomentemos y proclamemos la virtud donde quiera que se la encuentre. Juntémonos y amémonos. Vivamos en la pasión a la verdad. Dejemos en la puerta, porque afean el propósito más puro, el egoísmo personal.
Corrompamos al fanatismo con la justicia y la verdad. Enaltezcamos las cosas santas de la humanidad, y la razón de los que con su sacrificio, construyen el altar, a la utilidad de la virtud!
Es criminal quien promueve en un país la violencia que se le puede evitar; y es criminal quien deja de promover la violencia inevitable.
Es criminal quien ve ir al país a un conflicto que la provocación fomenta y la desesperación favorece, y no prepara, o ayuda a preparar, el país para el conflicto. Y el crimen es mayor, cuando se conoce, por la experiencia previa, que el desorden de la preparación puede acarrear la derrota del patriotismo más glorioso, o poner en la patria triunfante, los gérmenes de su disolución definitiva.
El que no ayuda a preparar hoy el cambio verdadero, ayuda ya a la dictadura y a su cambio fraude. La simple creencia en la probabilidad de que se repita de nuevo el estallido, convierte en una obligación de los que se tengan por honrados y juiciosos, de ayudar y organizar a que el conflicto se purifique, y a impedir que se malee, y todo el sacrificio sea en vano. ¡Los fuertes preveremos, los de segunda mano, esperarán la tormenta con los brazos en la cruz!
El levantamiento social, en un país que ya tiene renovados héroes vivos nuevamente, y los ve firmes y fieles, es la consecuencia inevitable de la negación continua, disimulada o descarada, de las condiciones necesarias para la felicidad, a un pueblo que se resiste a corromperse y hundirse en la miseria. Y no es del caso preguntarse, si el conflicto es apetecible o no, puesto que ningún alma piadosa lo puede apetecer, sino ordenarlo, de modo que con él, venga la verdadera libertad.
El conflicto no asusta sino a las almas mediocres, incapaces de preferir la dignidad peligrosa a la vida inútil. Es la explosión social, desdicha espantosa. Pero sus dolores no han de frenar a la previsión. Nadie se lamenta del pago, si lo da en cambio de lo que vale más que él.
Cuando el poder es sordo, y amarga la vida en la más absoluta miseria, producto de su incapacidad para gobernar impulsando prosperidad y justicia, la organización de ese conflicto inevitable y venidero, es un ahorro recomendable de sufrimientos por venir, indefinidamente prolongados en el tiempo.
Cuando un solo partido, vive con la aspiración, confesa o callada, al predominio, la convivencia solo podrá ser posible, por el abatimiento irremediable de ese partido. Cuando un pueblo es azotado, por la mano infausta de los que se creen sus propietarios, con odio y represión hacia los que salieron pacíficamente a reclamar sus derechos, los reprimidos saldrán de ahí, más unidos que nunca.
El futuro levantamiento, no será un atraso de civilización, sino la amargama que juntará a lo mejor de sus diversos factores en la República segura y útil por venir. Y diremos: nunca más!
Todos los que no han cometido crímenes, pueden ser aliados. Todos los que quieran vivir felices, deben anunciarse y ser bienvenidos. Ha llegado la ocasión para hacer olvidar, mediante la ayuda o la neutralidad, la crueldad o ceguera conque se ahogó en el pasado, la virtud de sus mejores hijos.
El sacrificio pagará un estado de felicidad, superior a los esfuerzos que se han de hacer por ella.
¡Párese la infantil adicción a provocar noticias! ¡Los provocadores de noticias están infestados de espías y adictos al protagonismo! Eso no es más que semilleros para el cadalso.
Amemos mucho a los cubanos nuevos, porque el pueblo cubano ya es otro pueblo desde el 11 de julio, como para ponerlos en un peligro mal preparado e inútil. Lo que ha de ser, será. Pero ahora urge la gestación natural y laboriosa.
Que no nos acompleje, la aparente falta de obra patente que nos haga parecer inactivos. Eso es preferible, a perder a un solo cubano por alardear de organizadores. Busquemos uno a uno a los que quieren, ayude el que pueda, tenga fe el que no pueda más, que no hay cosa que valga más que la fe. Veamos, como lo estamos viendo, que el alma de la isla se renueva, se encrespa y se decide.
¡Con el valor, y los compromisos que se le juran a solas a la conciencia, no puede traficar el espía!
Levantémonos todos a la vez en todas partes, mejor, y al fin quedara en alto todo. “Esto es luz, y del sol no se sale. Patria es eso”.
