top of page
Foto del escritorMaykel Aledo

11J: Victor Alejandro Painceira Rodríguez


Victor Alejandro junto a su niño Flavio Alejandro


"El dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores".


A Victor Alejandro lo conocí por el año 2011. Ese año vinieron a mi casa a convencerme a que aceptara ser el Director del nuevo Instituto Preuniversitario externo que se estaba creando en Artemisa (nunca acepté dirigir en centros internos). Victor Alejandro matricularía como estudiante de décimo grado. Odalis, su mamá, sería desde entonces una buena bibliotecaria y profesora de Español en ese centro. Odalis ha dedicado su vida a la educación de los jóvenes.


Flavio Alejandro apenas tenía un añito cuando su papá fue injustamente encarcelado: no hay palabras que se acerquen siquiera a describir el dolor de un padre que se pierde esa preciosa y mágica etapa inicial en la vida de un hijo. Odalis y Leydys: su buena y joven esposa, cuánto han llorado. El llanto de una madre es la lágrima pura; su dolor: ¡infinito! Esa lágrima es fuente de sentimiento eterno. Los causantes, llegan a ser por dentro, y a parecer por fuera: ¡insectos! Los indiferentes, ante una madre que llora la injusticia contra el ser que ha nacido de sus entrañas, son pobres almas que llevan en su pecho todas las canas del invierno. ¡Cobardes los unos! ¡Despreciables los otros!


A Victor Alejandro lo recuerdo como un estudiante intranquilo y un tanto rebelde. Esto lo digo como un elogio. A veces quienes trabajaban conmigo no comprendían mi estrategia con los estudiantes, y menos con los “problemáticos”. A menudo fui acusado de haber sido mucho más recio con los profesores en comparación con los alumnos. Yo soñaba con la campaña de ternura y de ciencia. Jugaba al Colegio El Salvador. ¡Y cuánta arrogancia la mía!, hasta nombre le pusimos a la campaña: Antorcha. Por aquello de que los seres humanos somos “todavía máquinas de comer, y relicarios de preocupaciones. Y es necesario hacer de cada hombre una antorcha.” Si se quiere saber la causa primera de porqué los latinos parecemos condenados a vivir bajo regímenes autoritarios, el caso cubano el peor de todos, pues he aquí la respuesta: La manera dictatorial conque, muchas veces, los padres latinos tratan a sus hijos en la infancia; la manera autoritaria con la que, por lo general, los maestros cubanos tratan a sus estudiantes. Víctor es de esos seres destinados a ir echando abajo esa maldita muralla esclavizadora. Yo no me siento orgulloso por haber sido profesor de Víctor. !Yo por lo que me siento orgulloso es por poder decir: ese muchacho estuvo entre mis estudiantes!


Victor tenía 26 años el 11 de julio. Es muy joven, y es ya, todo lo hombre que se puede llegar a ser: buen hijo, amante esposo, tierno padre; patriota! No hay Patria sin Libertad. Patriota es quien tenga la capacidad de indignación ante la falta de las libertades públicas, y ante las afrentas a la justicia individual. ¿Los demás? ¡Los demás son los míseros, o los mansos bueyes!


A Victor lo sentenciaron a 7 años de prisión. En medio del caos de violencia represora que rodeaba a Victor el 11 de julio, es una cosa impresionante, la imagen suya, solo él, sentado, con una calma como el mayor desafío y un valor plantado, frente a un camión de tropas especiales que relincha y embiste con atropellar a los manifestantes . Esa imagen le ha reventando el hígado a los cochiqueros del miedo. Es por ello que se han inventado que le tiró una piedra al camión, como se hubiesen podido inventar cualquier otra cosa.


A Victor me cuentan que "había ido a verlo el jefe de la seguridad a proponerle q si se retractaba de todo o sea de pensar diferente trabajaría para ellos y entonces saldría en libertad el día de su juicio.” Y que respondió: "q aunque tenga q estar 10 años en prisión no va a dejar q intenten negociar su dignidad y coraje .el quiere a su Cuba libre .” ¿Y habrá belleza mayor que esa forma suya de verdad sencilla y coherente?

Comments


PayPal ButtonPayPal Button
SOBRE
nosotros
SOBRE
nosotros

“cúmulo de verdades esenciales que caben en el ala de un colibrí, y son, sin embargo, la clave de la paz pública, la elevación espiritual y la grandeza patria."

bottom of page